Soñe que me asomaba a algún templo, había miles de veladoras, inciensos y gente que ofrecía prendas a niños virginales en camas gigantescas llenas de capas de cobijas, soné con una vida paralela donde tu estabas, era una visita poco común que recibí con una extrañeza como si pasara ahora. Me acompañabas por pasillos aromáticos y coloridos, tu visita me reconfortaba, era de noche y no tenias que irte, me abrazaste y pensé en vainilla y pimientas.
Desperté extrañada, al abrir los ojos pensé en viajes astrales, según mis cálculos deberías estar despertando también, pensando en mi olor a café con leche, comencé el día con todos sus rituales y solo hasta entrar a mi vagón recordé el sueño y entonces vi como aquel nudo que tenia en el corazón se desbarato. Somos libres.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario