Filosofía sobre el pasto

Mi chico me ha dicho que necesito salir mas y supongo es algo que le preocupa porque últimamente lo hace mucho, pero a mi me cuesta trabajo encontrar razones, es que últimamente es tan aburrido todo, por no decir todos.

A los 14 años pasaba horas después del colegio tirada en el pasto de la casa de mi amigo Julio, hablando de todo lo que no conocíamos, supongo tratábamos de entender...supongo sigo tratando de entender, pero la gente actúa como si supieran todo, como si todo estuviera controlado todo, todo el tiempo, no quiero perder una noche de sueño embriagándome con gente que no sabe como llore por la tarde o lo que me gustaría desayunar al otro día, por otro lado tampoco he encontrado algo que dispare en mi el chip del alma de las fiestas, simplemente no es lo mío.

El asunto es que supongo he perdido un poco de apego a otros, jamás a mi chico y ni a mis dos gatas o puede que sea otra etapa o que aprendí que la gente va y viene, que todo tiene ciclos y esta es solo una más, comencé odiando las reuniones, las comidas o los cafés para preguntar que hay de nuevo porque no tengo nada nuevo que contar y me daba mucha pena aburrir a la gente, pero seamos sinceros... es mutuo, aún así sigo a la expectativa.

Señales

Tengo rato tratando de entender lo que las señales me dicen, los días pasan sin diferencias, las cosas no son como deberían, no es que no sea infeliz solo creo que llevo rato dado vueltas sin sorpresas.

Me preocupa que la vida adulta se llene de responsabilidades y que con el tiempo no sobreviva ninguna alegría, nada importaba si yo hacia lo que quería, si amaba mi trabajo.

Decidí volverme agente libre, trabajar por mi cuenta y defender mi trabajo, pero la gente no sabe comprar diseño, tengo ya un año trabajando y no he llegado con un solo proyecto entero sin que le metan la mano, al final no les gusta su proyecto, entonces yo soy la que termina siendo una mala diseñadora para el cliente y poco profesional para mi socio.

ese talento mio..

Me he dado cuenta que tengo un talento extremo por enturbiar las tiernas intenciones y adornar dulcemente las malas, es como una necesidad aquello de ir contra de la corriente.