miércoles, enero 14, 2015

Mi entrada a la Antigua Tradición



Siempre te dicen que tienes una misión en la vida, también que tienes un lugar, llegué a pensar que mi misión era encontrar mi misión y mi lugar no existía.

Con el tiempo he aprendido que lo que me llama, eventualmente será parte de mi vida, pero a veces no sé unir las piezas en un todo, conozco bien mi naturaleza pero dudo a donde puede llevarme. Esto comenzó seguramente antes de que yo naciera, esto permaneció junto a mi todo este tiempo.

Pienso en una imagen que me ayude a explicar cómo fue qué se activó todo, claro como todos yo había en algún momento tenido la intención, me pregunté si estaba hecha para estas cosas, había merodeado la idea esperando un buen momento, pero la palanca se activó el día que decidí que ese era ¨el Día¨. Las oportunidades se toman solo en el momento preciso y yo caminaba un poco perdida y no, pero directo a un remolino, un accidente feliz.

Justo pasaba por un periodo en el que no soportaba comprometerme con algo por más de 3 meses, huía de cualquier situación que me pidiera permanecer, había perdido todo meses atrás, toqué fondo metida por años en una depresión y no quería estar en ningún lugar, para nadie y para nada, yo no quería comprometerme ni conmigo.

Como siempre aquí hubo un detonante, aun haciendo las cosas diferente me estaba encaminando hacia el mismo lugar, mi ánimo y confianza daba dos pasos y luego regresaban tres, estaba harta, las cosas van y vienen, había podido vivir tranquilamente sin ellas, es más el no tenerlas me daba paz, pero tal vez era momento de trabajar conmigo, hacer algo que permaneciera en mí y que solo yo podía darme, no tenía nada que perder.

Cuando entré a la Hermandad no tenía ni idea de donde estaba, había leído algunas cosas pero no estaba realmente consciente de lo que pasaría, así que desde entonces todo ha sido abrir regalos uno tras otro, ahora mismo creo estar parada frente a una inmensidad sin pies ni cabeza. Tan solo he visto unas cuantas cosas que mis ojos y corazón se han permitido con mucho trabajo, con amor y confianza.

Hace algunos meses mientras dirigía una ceremonia de luna pedí a todos que imaginasen su mejor versión mientras yo les ponía una canción de fondo, me senté e intenté concentrarme pero no podía, miré entonces a todos y de momento mi corazón dio un vuelco, yo no era la misma, aún no era mi mejor versión pero estaba en el camino, estaba haciendo cosas que había creído no podía hacer, había encontrado mi lugar en el mundo y ese lugar estaba dentro de mí. Mi misión era ser yo misma trabajando mis defectos y virtudes, para aprender de los dos con la misma importancia.

Yo necesitaba ser parte de algo, de algo más grande donde ubicarme, este camino ha estado lleno de historias, pruebas, enseñanzas, coincidencias, magia, trabajo, no he dejado de crecer, el mundo es el mismo pero yo lo veo diferente. No soy la misma, pero cada vez soy más parecida a mí.




Me siento bendecida, los Dioses han marcado mi corazón.
Nota: esto lo escribí para el blog de la hermandad


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