Me gusta la compañía de los hombres, su platica y sus modos, me gusta como simplifican las cosas, viven sin complicaciones,
desde siempre me he ha gustado acompañarme de chicos y para mi es totalmente normal tener una amistad fuerte y entrañable con los que me siento mas identificada, pero resulta que ahora vivo con uno y aunque el mío comprende mi naturaleza, hay quien no, entonces dejan de invitarme o preguntan cosas como ¿tu novio no se enoja?... ¿resulta que ahora mi vida depende de lo q diga mi novio? entonces se miden para conocerme, invitarme a cualquier cosa, para darme la oportunidad de ser parte de su vida, algún recién emparejado piensa que es mejor dejar mi amistad de lado para no afectar sus relación a pesar de nuestros 8 años de amistad y afinidades infinitas, es extraño porque en realidad eso nunca antes había importado, es incomodo porque solo quiero compartir charlas y café, viajes o tv pero solo eso y cuando ves que eso les incomoda puedes darte cuenta que en realidad había una intención mas o que no tienen la madurez como para enfrentar una situación así.
Entonces me pesa este cuerpo, el de mujer con curvas y ojos bonitos, quisiera que fuese tan fácil como cuando tenia 17, no teníamos pudor porque no teníamos malicia y yo no le pertenecía a nadie a los ojos de todos, era fácil tener amigos y pasar los sábados tendidos en sillones viendo películas , sin que les preocupara que sonara su celular y fuera su chica histérica esperandolos para ir a casa de sus papás. Esos chicos eran mi pequeña familia y era fácil sentirme cómoda entre ellos, era también muy sencillo sentirme protegida y querida, no había mensajes escondidos en ningún lugar, no teníamos reglas y eso me hacia sentirme muy muy muy ligera.
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