lunes, marzo 21, 2005

Desde el azul de mi corazón

Tranquila, perezosa, despeinada, totalmente entregada a la nostalgia, camina Mariela por calles que son atravesadas por sonrisas de niños que regresan del parque, gatos que huyen de caricias y rayos de sol que se debilitan con el aire que las corta, piensa en lo colores que le rodean, los olores, las sensaciones que tiene cada vez que aire toma vuelo.

Cuanto trabajo hace todo esto sobre ella, el aire dulce de tarde la llena de colores rosas y azules que se mezclan, la hacen tenue casi aspirable.

Cierra los ojos y recuerda, desde el azul de su corazón no hay odios, solo recuerdos, no cree en nada no hay fe, pero sabe que siempre va a pasar algo por regla natural, se piensa siempre como alguien que está y hace sin ningún otro propósito que ser ella, solo ella.

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