Llevo días viendo a la gente ir y venir en esta ciudad en la que llueve aunque sea enero, hay trafico todo el tiempo y parece que algunos dedican su vida a esto, salí 3 días porque tenia que y siento perdí tiempo, esperando.
Hay quien lo hace diario y yo no puedo entenderlo, tal vez lo quieren perder, tal vez les es necesario, tal vez con las humedades todo se borra mejor.
Recuerdo la temporada de lluvias del 2004, llovía en todos lados y cada hora y yo lloraba y lloraba y sentía un hueco gigante en todos lados, nunca en mi vida había sentido tanta tristeza y soledad, todos mis miedos juntos, mis silencios. Era una coladera gigante de lagrimas y mocos. Eran mis primeros días de trabajo, y el día pasaba lento y el regreso era un minipurgatorio, pensaba todo el tiempo en que debía aceptar mis decisiones y me purificaba, estaba triste pero infinitamente relajada, todo era calma. Yo sabia que el tiempo lo curaba todo y solo dejaba al tiempo pasar.
Pienso en la multitud humana que se mueve por las mañanas y las tardes de regreso a sus hogares, empapadas por la lluvia, pienso en esa multitud purgando sus defectos y sus tristezas.
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