Lejos de lo cotidiano, mas allá de lo que ves, de lo que crees que soy, se esconde entre algunas ramas secas un corazón, totalmente entregado a las brazas, latente vivo, desesperadamente azul.
Si me miras bien a los ojos encontraras un bosque lleno de caminos que nadie conoce, de árboles de frutos dulces, de luciérnagas que iluminan el intrincado paisaje.
Y mis brazos son para ti, el dulce olor de mi piel también, que mis ojos sean un refugio del mundo para ti, y en mi corazón duermas.
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